
La gracia de la locura no es compartida por todos ni encarnada por cualquiera. Cuando sólo se es un vulgar y ordinario sin dirección, resulta irrisorio autodenominarse loco. Un loco no precisa un estilo, pues posee un juicio y una expresión señeros. Un loco no va en contra de una verdad universal porque ni siquiera la conoce, ni tampoco comete la atracción de miradas.
Son producto del vacío quienes se autoproclaman locos porque claman atención inventándose manías.
Vaya, no hay que demeritar la locura de ninguna manera. Un tarambana y sus ojos fuera de órbita no son un par de ojos ciegos; un verdadero loco y no un chalado a fuerzas como nadie atisba y retuerce lo evidente. Sin pretenderlo.
Son producto del vacío quienes se autoproclaman locos porque claman atención inventándose manías.
Vaya, no hay que demeritar la locura de ninguna manera. Un tarambana y sus ojos fuera de órbita no son un par de ojos ciegos; un verdadero loco y no un chalado a fuerzas como nadie atisba y retuerce lo evidente. Sin pretenderlo.