
Indiscutiblemente pienso que más allá de ser una expresión surreal, el arte de Magritte es una invitación a apreciar su obra lejos del sólo plano de la estética. Sus pinturas son una convocatoria a analizar la ambigüedad de las cosas, la relación entre el objeto real y aquel que ves en la pintura, las diferentes interpretaciones que una imagen te propone y también a confrontar lo racional con lo absurdo.
Es fantástico el sentido que otorga al arte pictórica, y es por eso que lo admiro y principalmente porque como ninguna otra persona cuestionó las palabras y el 'matrimonio' de las palabras con las imágenes.
Para mí es interesante porque nadie nunca cuestiona las palabras. Uno aprende a hablar y repite, pronuncia y se comunica pero pocas veces se pregunta por qué las cosas tienen el nombre que tienen o por qué no pueden tener otro.
Aplaudo a quien te incita a cuestionar lo cotidiano, y creo que sólo alguien tan sensible como él puede reconocer sus distintas dimensiones y plasmarlas hechas arte para que las reconozcas tú también.
Para mayor información y para entender de qué rayos hablo, visite el Palacio de Bellas Artes un domingo que no cobran la entrada. "El Mundo Invisible de René Magritte", hasta el mes de julio.
Amplia recomendación.
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