domingo, 16 de enero de 2011

Oda a Pachamama.


Madre,
me reservo en tu voz
tus torrentes,
tus mantos y tus sombras.
Impetuosa
cruel
y frágil Gaia.
Ánima móvil,
tan repartida
tan de nadie
en colores que nadan
luces que caminan
texturas que brotan,
en tus ojos
en mi vida
en tu ciencia
tu poesía
tu elocuencia
tu misterio
en la nada.
Madre,
¿qué escribe tu viento?
¿qué gritan tus olas?
¿qué esconden tus surcos,
tus valles,
tu silencio?
Promete tanto
la luminiscencia
promete tanto
una aurora boreal
promete.
cada huella irrepetible y sola,
cada copo de nieve,
promete en la esperanza,
de ese verde que deshojas
desvelar
como alborada,
una fe y verdad creadoras
ese par que nunca vemos,
porque estamos ciegos,
aunque vivos
en tu vientre.

1 comentario:

  1. Y gesto y gesto y vuelvo a gestar
    para parir luego criaturas vivas que no son yo
    pero cuentan de mi plasma, de mi sangre,
    de mi yuca masticada y regurgitada para adentro,
    de mi alimento ingerido,
    combustible procesado por la saliva
    en la placenta poética que se haya precisa en el hueco ventral.

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