
“Tan frágil, de color amarillo. Del color más sucio que has echado por la boca. Caminas sola por los pasillos, sosteniéndote de espejos rotos y afilados bordes que se ríen de ti, no contigo. En la hoguera te danzan las vergüenzas; con tambores que en cada golpe te cimbran el pecho. Se va cayendo tu ceniza y en el corazón no queda nada. Niña, qué triste es ver tus alas y que no tengas a dónde volar. Te miras y estás en el suelo. Escurres por tu boca, niña".
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